El día que descubrí que mi adopción era una mentira

El día que descubrí que mi adopción era una mentira

 

Mi padre me hizo creer durante treinta años que era adoptado.

Hay frases que nunca se olvidan. Algunas reconfortan, otras siembran dudas que crecen con los años. Desde los tres años, viví con una certeza que me transmitió mi padre, Laurent: no nací en esta familia, pero fui “acogido”. Una palabra que parecía tierna, pero también tenía un peso invisible.

De niña, no hacía muchas preguntas. Simplemente abrazaba mi osito de peluche y me decía que si me amaban, todo estaría bien. Pero con los años, pequeñas frases revelaban destellos de verdad… o de incomprensión.

Juegos familiares

Las frases que marcan una vida

En la escuela, algunos compañeros finalmente se dieron cuenta de que yo “no había nacido aquí”. Algunos hacían preguntas incómodas, otros contaban chistes que herían más que hacían reír. En casa, Laurent  tenía la costumbre de comparar mi personalidad con la de “mis verdaderos padres”, como si fuera un reflejo de desconocidos. 

Los cumpleaños, que se suponía eran un día de alegría, me recordaban esta sensación de diferencia. Era como soplar las velas mientras pensaba en una historia a la que le faltaban capítulos.

 

 

Continúa en la página siguiente⏭️

Leave a Comment