Los pies y tobillos hinchados e inflamados pueden deberse a una retención de líquidos causada por una insuficiencia cardíaca.
A menudo empeora al final del día o después de estar sentado durante largos períodos.
3. Decoloración (pies azules, morados o pálidos)
Un tinte azulado o violáceo puede indicar un bajo suministro de oxígeno.
Los pies pálidos o cenicientos pueden indicar una disminución del flujo sanguíneo.
4. Entumecimiento u hormigueo

La circulación reducida puede causar hormigueo o entumecimiento.
Esto puede empeorar con la actividad y mejorar con el descanso, un posible signo de enfermedad arterial periférica (EAP), a menudo relacionada con la enfermedad cardíaca.
5. Llagas o heridas que no cicatrizan
La mala circulación puede impedir que el cuerpo sane incluso cortes pequeños.
Las úlceras crónicas o llagas de curación lenta en los pies son una señal de advertencia, especialmente en los diabéticos.
6. Dolor al caminar (claudicación)
El dolor o los calambres en los pies o las pantorrillas al caminar pueden indicar EAP.
Es un indicador confiable de futuros eventos cardiovasculares, incluidos ataques cardíacos.
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