Besar a una persona fallecida en los labios es mucho más arriesgado que besarla en la frente, ya que implica contacto directo con una zona que puede albergar más fluidos corporales y patógenos. A continuación, una explicación detallada de los peligros:
1. Mayor riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas
La boca es una puerta de entrada para bacterias y virus, tanto dentro como fuera del cuerpo. Tras la muerte, los patógenos presentes en las vías respiratorias, la cavidad oral o la sangre pueden permanecer viables durante un tiempo.
Si el fallecido padecía enfermedades como tuberculosis, influenza, COVID-19, hepatitis B o C o virus del herpes simple, estos organismos aún pueden estar presentes en la saliva, la mucosidad o en rastros de sangre.
Al presionar sus labios directamente sobre la boca de la persona fallecida, corre el riesgo de transferir estos patógenos a su propio sistema, especialmente si tiene labios agrietados, llagas, encías sangrantes o un sistema inmunológico debilitado.
El riesgo es considerablemente mayor que el contacto en la frente debido al ambiente húmedo y la proximidad a las membranas mucosas.
