Lave la zona con agua y jabón.
Aplique una compresa fría.
Tome un analgésico suave si es necesario.
Pero si nota una reacción inusual (hinchazón importante, enrojecimiento persistente, molestias), consulte con un profesional de la salud. Es mejor ser precavido.
Un pequeño visitante que (quizás) quiere lo mejor para usted
. En el fondo, un encuentro con un milpiés puede verse como una oportunidad: para bajar el ritmo, para observar lo que sucede dentro y alrededor de usted. Es un recordatorio discreto pero significativo de que incluso los momentos inesperados pueden convertirse en oportunidades de transformación.
Así que, la próxima vez que te encuentres con uno… respira, observa y pregúntate qué tu hogar (y tal vez tu mente) están tratando de decirte.
