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El tiempo que pasan juntos es cada vez más escaso
Los hábitos compartidos reflejan el vínculo. Si de repente muestra menos entusiasmo por sus salidas habituales (restaurantes, paseos o tardes tranquilas), su atención podría estar en otra parte. Este desinterés gradual podría indicar aburrimiento o, lo que es más grave, un debilitamiento del vínculo.
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De repente cuida su apariencia… ¿demasiado?

Un nuevo perfume, atuendos más elegantes o visitas más frecuentes a la peluquería… Estos cambios pueden, por supuesto, reflejar una renovada confianza en uno mismo. Pero cuando se combinan con una repentina necesidad de espacio personal o ausencias inexplicables, se vuelven sospechosos: ¿Acaso este cambio de imagen busca impresionar a alguien más ?
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Su actividad en línea se vuelve intensa
Las redes sociales son un caldo de cultivo para tentaciones ocultas. Si empieza a reaccionar exageradamente a publicaciones desconocidas, a chatear a altas horas de la noche o a seguir compulsivamente nuevas cuentas, su mente (o su corazón) podría estar en otra parte. Mantente alerta sin caer en el espionaje.
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Su teléfono celular se convierte en una caja fuerte
Pantallas que se apagan de repente, notificaciones que se silencian, conversaciones interrumpidas… Estos detalles por sí solos no significan nada, pero en conjunto, a veces revelan una estrategia de evasión . Cuando la honestidad da paso a los secretos, hay motivo de preocupación.
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¿Qué hacer si reconoces estas señales?
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No te asustes: prioriza el análisis sobre la crítica. Confía en tu intuición al contrastar las pistas. Aborda el tema con tacto, sin confrontación; la comunicación sigue siendo tu mayor activo. Consulta con amigos de confianza y, sobre todo, hazte esta pregunta crucial: ¿ Esta relación todavía me hace feliz ? La verdad suele estar en la respuesta.