Sí, a veces nos sentimos agotados. Sí, nos decimos que no está tan mal. Y aun así…
Dormir con base de maquillaje, rímel o lápiz labial puesto expone tu piel a una mezcla de residuos: maquillaje, sebo, contaminación y polvo. ¿El resultado? Poros obstruidos, imperfecciones, una tez apagada y un envejecimiento cutáneo acelerado. ¡Y tu funda de almohada tampoco sale ilesa!
El reflejo correcto: tener siempre a mano agua micelar o toallitas desmaquillantes, incluso en la mesita de noche.
Descuidar los pelos pequeños y visibles
Un ligero bigote, unas cejas demasiado pobladas o algunos pelos en la barbilla… son detalles, pero influyen en la percepción de la frescura del rostro.
No hay que exagerar: basta con un mantenimiento regular. Hoy en día, hay muchísimas opciones: cera, pinzas, hilo, crema depilatoria o incluso depilación permanente.
Consejo de belleza: Unas cejas bien definidas abren la mirada y dan un brillo saludable inmediato.
Olvídate de tus pies… incluso en invierno
En verano, los presumimos. En invierno, los ocultamos. Pero tus pies merecen atención todo el año. Talones agrietados, uñas descuidadas: estas
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